El
principio
Un cronista es un cazador de principios. La presa básica
del cronista es un principio. El cronista va por ahí buscando principios.
Si encuentra uno ya queda tranquilo, si encuentra seis: ¡esta sí va a
ser una buena crónica! El principio no solo va a atraer al lector sino
que le va a dar el tono con el cual se va a desarrollar el relato. Después
lo que hay hacer es plagiarse a sí mismo, no salirse del cauce que ese
principio ha fijado, o si se sale tener muy claro que se está saliendo,
por qué, cómo y con qué otro principio (una frase, una idea, un diálogo
que pueda justificar el cambio de tono), de manera que el lector no sienta
que algo raro pasó sino que hubo un cambio de música, como un discjockey
que cambia a propósito.
El principio es lo más importante de cualquier texto. Toda la energía
que se le pueda poner a la primera frase es poca porque de eso depende la
suerte del resto. Un principio que cuente, que ponga al lector frente a
una acción, que inquiete. La primera frase es casi un trabajo
publicitario: consiste en concentrar en diez o quince palabras la dosis
suficiente de sorpresa, de desconcierto, de intriga, de excitación, como
para que digan “quiero comprar ese producto”. En definitiva lo que
hacemos es vender un producto, que es lo que viene después. Una crónica
puede ser muy buena, pero nuestra primera necesidad es que se lo crea el
que la va a leer. Para eso hay que buscarse la manera. La primera frase es
muy útil.
Me
gusta empezar mostrando algo, no dando cuenta de lo que sucede. En los
principios no hay que dar demasiada información, es mejor que sean
impresionistas, que busquen producir sensaciones, inquietudes y abran una
puerta hacia el resto. No hay fórmulas. Lo que sí hay es un estado de
alerta. Estar todo el tiempo pensando que se necesita encontrar un inicio,
estar examinando todo lo que se presenta a ver si va a servir para empezar
o no.
Uno está hablando con alguien y dice algo interesante... ¿será que eso
sirve para empezar? Si uno está con esa actitud de alerta en la búsqueda
de un principio necesariamente alguno va a aparecer. Alguno va a pasar el
examen. Si durante la reportería uno piensa varias veces “con esto
puedo empezar el texto” y acumula varios principios posibles, quiere
decir que va a poder renovar el interés y el impacto del texto bastantes
veces, abriendo de nuevo, creando otra vez ese efecto.
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