¿Qué
nos depara el futuro?
Con el objetivo de respondernos a éste y a otros interrogantes
que surgirán en esta monografía, seleccionamos trabajar acerca
de la política Argentina.
Nos
propusimos analizar el por qué de la desconfianza y el desinterés
que hoy hallamos en el pueblo argentino hacia sus políticos y
gobernantes.
Es
evidente que la situación actual no se da de casualidad, que
existen aquéllos culpables que hicieron y contribuyen a diario
para que el país se encuentre en esta situación. Pero no es sólo
una razón la que dio este resultado, sino que se dieron una
multiplicidad de factores que analizaremos a su debido tiempo.
Encontrándonos
hoy en esta situación, tendemos a preguntarnos cómo llegamos a
estar así, y todo parece tan lejano y confuso que terminamos por
agachar la cabeza y esperar que algún político salvador vuelva a
sacarnos provisionalmente del pozo.
Ya
estamos por llegar a los 20 años de democracia y aún no hemos
tenido gobernantes eficientes que merezcan nuestra confianza. Así,
la gente pierde la esperanza y luego los resultados se ven en el
llamado "voto bronca", lo que refleja el sentimiento de
un pueblo desesperado y que no encuentra una salida posible
mientras siga en manos de estos políticos.
Por
todo esto es que surgió en nosotros la idea de realizar un
trabajo abordando este tema. No sabemos si solucionaremos algo,
probablemente no, pero tenemos la seguridad que se nos abrirán
las fronteras del pensamiento y estaremos más preparados para no
seguir comprando –o al menos comprar menos- "carne
podrida".
Todo
esto despierta un apasionante pero a la vez dramático interés.
Es así que buscamos disponer de la mayor cantidad de elementos y
argumentos para entender a la Argentina que tenemos hoy, la
Argentina que nos dieron como herencia y la Argentina que se
viene. Consideramos que si nosotros mismos no entendemos la economía,
la Argentina no tiene destino.
Elaboramos
un trabajo simple y sencillo, al alcance de cualquier lector,
desde el más entendido en la materia hasta una persona que no
posee conocimientos de la misma.
Encararemos
el marco teórico de este trabajo volcando una serie de
definiciones que son fundamentales en nuestra investigación y que
luego serán aplicadas a los temas abordados posteriormente en la
monografía. A partir de estos conceptos podremos analizar la
situación con una importante claridad a fin de permitirle al
lector una mayor facilidad de lectura y comprensión teniendo
conocimiento del lenguaje y la temática que aquí se va a
utilizar.
Estas
definiciones aparecen ahora de forma paralela y después serán
relacionas entre sí y con los temas objetivos. De esta manera
lograremos entender y respondernos a las preguntas formuladas
anteriormente dentro de un marco de definiciones claras que harán
entender mejor la situación.
Sociedad
La
sociedad es un sistema o conjunto de relaciones que se establecen
entre los individuos y grupos con la finalidad de constituir
cierto tipo de colectividad, estructurada en campos definidos de
actuación en los que se regulan los procesos de pertenencia,
adaptación, participación, comportamiento, autoridad,
burocracia, conflicto y otros.
A
partir del siglo XVI se formuló una concepción contractualista
que ve en la sociedad la construcción de un orden artificial
fundado en una asociación de individuos que ceden su derecho a un
ente social capaz de garantizar el orden y la seguridad en sus
relaciones.
El
estudio de la evolución de los diversos tipos de sociedad ha dado
lugar a la formulación de tipologías diferentes: simples y
complejas, seculares y sacras, rurales y urbanas, tradicionales y
modernas, institucionales e industriales, etcétera.
A
continuación detallaremos una serie de definiciones de los
distintos tipo de sociedad que se pueden encontrar y que van a
servir siendo utilizados por nosotros en el desarrollo de los
temas del trabajo.
Sociedad
de mercado: es
una sociedad con normas y actitudes conformes al mercado en las
que prevalecen relaciones sociales mercantilizadas moldeando un
nuevo tipo de sociabilidad en la que prevalece el cálculo
racional-intrumental del intercambio mercantil imprimiendo a las
relaciones sociales un sello más individualista y egoísta. Al
mismo tiempo encontramos un proceso de privatización, un retiro
hacia lo privado como esfera privilegiada del sector social.
Relación
entre sociedad y Estado: el
Estado tiene una fuerte intervención en las cuestiones que hacen
a la sociedad. Aparece en lo que conforma la liberación económica
con una fuerte participación. Hoy el en el Estado se da una
reforma sobre la idea de reducir las empresas públicas,
reorientar las políticas sociales, descentralizar y
desburocratizar al aparato estatal, racionalizar la gestión pública,
y lograr una reglamentazación frondosa con el fin de alimentar la
eficiencia económica de la acción estatal.
Sociedad
civil
Se
podría definir a la sociedad civil como el mundo privado de
relaciones sociales diferentes al mercado y al estado, en las que
entrarían las relaciones establecidas entre el pueblo y los
sindicatos, partidos políticos y ONG´s (organizaciones no
gubernamentales). A continuación daremos una definición de todas
estas estructuras:
Ciudadano
El
ciudado se define como el individuo perteneciente a una sociedad
política o a un Estado determinados; por extensión, el que debe
lealtad al Gobierno del Estado en cuestión y puede exigirle
protección.
También
es posible que una persona tenga ciudadanía doble, lo que
significa que está oficialmente reconocida como ciudadano de dos
Estados diferentes.
En
la práctica moderna, la ciudadanía no implica necesariamente el
derecho al voto u otro tipo de participación en la actividad política,
como el concepto griego del término; los niños pueden ser
ciudadanos, pero también están excluidos de toda actividad política
directa.
La
igualdad entre ciudadanos entiende y prohibe la discriminación ya
sea según raza, sexo, religión, etnia, sexualidad.
Partidos
políticos
Los
partidos políticos organizaciones que se caracterizan por su
singularidad, de base personal y relevancia constitucional,
creadas con el fin de contribuir de una forma democrática a la
determinación de la política nacional y a la formación y
orientación de la voluntad de los ciudadanos, así como a
promover su participación en las instituciones representativas
mediante la formulación de programas, la presentación y apoyo de
candidatos en las correspondientes elecciones, y la realización
de cualquier otra actividad necesaria para el cumplimiento de sus
fines. Su principal tendencia es durar y consolidarse, y su
finalidad última y legítima es obtener el poder mediante el
apoyo popular manifestado en las urnas.
En
un Estado de derecho, los partidos políticos expresan el
pluralismo político, concurren a la formación y expresión de la
voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación
política. Su creación y el ejercicio de su actividad serán
libres, y su estructura interna y funcionamiento han de ser democráticos.
Su existencia deriva del ejercicio de la libertad de asociación.
No tienen naturaleza de poder público ni son órganos del Estado,
por lo que el poder que ejercen se legitima sólo en virtud de la
libre aceptación de sus estatutos y por tanto sólo puede
ejercerse sobre quienes, en virtud de una opción personal libre,
los asumen al integrarse en tales organizaciones.
Organizaciones
no gubernamentales (ONGs)
Las
organizaciones no gubernamentales son entidades con una amplia
estructura nacional o internacional y con objetivos que pueden
cumplirse mediante la influencia sobre los gobiernos y medios de
comunicación, pero que no están constituidas como partidos políticos.
Las
ONGs se ocupan de una gran variedad de cuestiones y causas: el
intercambio científico, la religión, la ayuda de emergencia y
los asuntos humanitarios. Las ONGs tienen ahora un papel más
oficial que nunca en cuerpos internacionales como las Naciones
Unidas (ONU), la Organización para la Seguridad y el Desarrollo y
la Unión Europea.
Las
ONGs son militantes, efectivas y disponen de un amplio apoyo económico.
Su actividad permite los contactos y los acuerdos transfronterizos
sin que los gobiernos se vean involucrados. Son aceptadas como
parte de las relaciones internacionales y, al influir sobre las
políticas nacionales y multilaterales, adquieren cada vez un
mayor protagonismo. Sin embargo, también han recibido algunas críticas
en ocasiones acusándolas de estrechez de miras y de
contabilidades poco claras.
Sindicato
Llamamos
sindicato a la asociación de trabajadores cuyo fin es mejorar las
condiciones económicas y sociales de éstos. El sindicato
representa los intereses de sus afiliados, negociando con el
empresario los incrementos salariales y las condiciones laborales
durante la negociación colectiva. Si no es posible llegar a un
acuerdo, el sindicato podrá convocar una huelga o llevar a cabo
cualquier otro tipo de acción para presionar al empresario. En
algunos países un sindicato es el brazo económico de un
movimiento social más amplio, que puede incluir un partido político
y una cooperativa (Suecia, por ejemplo, a lo largo de muchos años).
En aquellos países donde no existen estos vínculos formales, los
sindicatos participan en la vida política, ejerciendo presión
para que se promulguen determinadas leyes, o apoyando a algún
candidato que defienda los intereses de los trabajadores. Muchos
sindicatos también ofrecen servicios de asesoría jurídica para
resolver problemas de empleo, seguros y otro tipo de atenciones
para los miembros del sindicato y sus familias.
Los
sindicatos pueden ser de tres tipos: sindicatos de trabajadores, a
los cuales se puede afiliar cualquier trabajador; sindicatos
profesionales, a los que se afilian los trabajadores de
determinada profesión, como electricistas, carpinteros, o
pintores; y sindicatos industriales, a los cuales se pueden
afiliar los trabajadores de una determinada industria, como los
del sector automovilístico o los de la siderurgia. Los
funcionarios públicos también pueden sindicarse.
Corrupción
Según
el diccionario de la real academia española, corrupción es acción
y efecto de corromper.
El
acto del funcionario es corrupto cuando éste antepone su interés
personal o de un determinado sector al bien común que es la
finalidad última de la función. Resulta más fácil ser
detectado y corregido porque es un acto aislado.
La
corrupción en la función pública, es la desnaturalización o
desviación del regular ejercicio de la función publica,
entendida ésta como la entera actividad del estado, ésta no es sólo
las funciones del poder ejecutivo como poder administrador, sino
el ejercicio de las funciones legislativas, ejecutivas y
judiciales, nacionales, provinciales y municipales, frente al
comportamiento de sus titulares o al de terceros destinatarios o
no del acto funcional. La corrupción no se limita solo a las
transacciones de dinero, en determinados casos la corrupción es
el precio que se paga a los individuos por participar en
decisiones contrarias al interés general y a los que fueran sus
propias convicciones.
Política
La
política es el conjunto de saberes disciplinados que se refieren
a las realidades políticas.
Se
apunta al Estado para hablar de la naturaleza de aquello que,
dentro de estas realidades, se denomina en sentido estricto a la
política como fenómeno o actividad humana. A través del Estado,
la política se muestra en una primera aproximación como un
complejo de fenómenos encuadrados en lo que hace al puro
desenvolvimiento del Estado y lo que pertenece al campo de las
relaciones entre los Estados.
Hablar
de política es hacer referencia a las actividades primordiales de
gobierno que realizan los órganos del Estado, incluyendo no sólo
las que tienen como principal objetivo la realización de las
principales operaciones de gestión y ordenación con vistas al
interés común, sino también las que establecen las bases
constitucionales para las primeras recién citadas.
Como
función nominativa, la política debe realizar una visión del
pasado para ubicar a la sociedad en el presente y elaborar un
proyecto para el futuro.
La
función política del Estado es garantizar un consenso lógico y
moral
Obligación
política: seleccionamos
una serie de pensadores que formularon ideas acerca de lo que
ellos consideraban política y de la obligación que ésta debe
corresponder a la sociedad.
Hobbes
concibe a la política como composición o concordia basándose en
la primera ley natural fundamental la cual establece que se debe
buscar la paz. O sea que para este es la condición de paz la que
aparece propiamente como política, siendo el estado de naturaleza
la situación no política por excelencia, ya que en él cada
individuo aparece como un centro de fuerza, expuesto a la acción
aislada o combinada de los otros centros de fuerza, y por ello se
encuentra legitimado para defenderse por si mismo. Para lograr un
estado político, es necesario concentrar todas las fuerzas
instituyendo el poder soberano como poder político coactivo, que
se vuelve el único poder de derecho en virtud de la autorización
obtenida mediante el pacto social.
Para
Locke la política se presenta como composición, ya que no hay
una pluralidad de centros de poder que se relacionen a través de
la fuerza porque los individuos, a través del consentimiento han
renunciado a ella a favor del estado.
Rosseau
es quien afirma que el estado de naturaleza es armonioso, no hay
conflicto. El problema es cuando aparece la sociedad civil. La
sociedad civil provoca la guerra, para salir de este estado de
guerra (de conflicto), es necesario un contrato social que da
origen a una nueva comunidad política en la cual ningún
ciudadano podrá usar propias fuerzas contra los demás, siendo el
único autorizado para hacerlo el soberano.
Según
Kelsen a través del ideal de la democracia por el cual los
sujetos al orden del Estado participan en la conformación del
mismo, se produce un desplazamiento de poder mediante la creación
de la personalidad anónima del estado, a la que se le atribuye el
poder y no a una persona física. El poder pasa de los individuos
al estado.
Por
lo tanto no hay una pluralidad de centros de poder que se
relacionen a través de la fuerza como sucede en aquellos que
conciben a la política como conflicto. En Kelsen hay una idea de
orden colectivo, de voluntad colectiva en cuya conformación
participan todos los ciudadanos a través de sus representantes,
siguiendo el principio de la mayoría absoluta. Por lo tanto la
política es composición.
Marx
dice que la lucha por el poder entre las clases sociales
constituye la fuerza impulsora de la política porque según la
concepción que tiene Marx de la organización política, alguna
clase debe ser dominante en un momento dado. Utilizará su poder
superior para explotar a las clases con menos poder y el estado no
es más que el aparato del poder que la clase utiliza para esa
explotación. El derecho es un cuerpo de reglas que sostiene lo
que la clase dominante llama sus derechos. La clave del éxito en
la política reside en la comprensión de que la política es
simplemente una forma convencional de guerra, que un partido es el
estado mayor que planea y dirige la estrategia de la clase a la
que representa.
La
política para Weber es la aspiración a la participación en el
poder, o a la influencia sobre la distribución del poder. Cuando
se dice que una cuestión es política se entiende que son materia
determinante de la misma los intereses de la distribución,
conservación, o el desplazamiento del poder; o bien estos
intereses determinan la esfera de actuación de los sujetos.
Finaliza diciendo que el que hace política aspira a poder.
La
relación entre gobernante y gobernado:
Hobbes
cuenta que la relación existente entre gobernante y gobernado es
de sujeción de los individuos para con el soberano, debido a que
ellos le han delegado todos sus derechos a este último. No existe
en derecho de resistencia a la opresión
El
soberano se encuentra fuera del pacto (es el beneficiario del
mismo) y los súbditos se someten a él. Este es juez de lo que es
necesario para la paz y la defensa de un súbdito, los súbditos,
en presencia del soberano, son iguales sin honor alguno. Todo
soberano debe estar sujeto a leyes de la naturaleza que son
divinas y no pueden ser abrogadas por ningún hombre o estado.
Para
Hobbes el poder no está limitado, el soberano es un dios mortal,
de esta forma el soberano no es más que un tercero beneficiario
del pacto.
Afirma
Locke que los gobernados ceden derechos a los gobernantes, pero
estos encuentran limitaciones en la idea del respeto a la ley y a
las libertades individuales. Se reconoce el derecho a la opresión.
Hay ciudadanos y no súbditos.
En
la sociedad civil nadie puede ser exceptuado del cumplimiento de
las leyes, lo que convierte a un hombre en miembro de una sociedad
y lo obliga a someterse a sus leyes. El poder otorgado al
gobernante nace limitado por el pacto.
Según
Rosseau, la voluntad general, que es una nueva voluntad
perteneciente a toda la comunidad es, en definitiva, la única
soberana. Por lo tanto el gobierno será simplemente un órgano de
ésta. Es la voluntad de la mayoría porque la unanimidad no
existe.
El
soberano es el ciudadano, los mismos hombres que forman la
sociedad, aquellos que consensuaron o pactaron en el contrato
social gobernarse a sí mismo.
Opina
Kelsen que el ciudadano es parte integrante de un todo orgánico
superior, miembro perteneciente a una entidad colectiva, únicamente
es libre el ciudadano dentro de un estado libre.
El
lugar de la libertad del individuo es ocupado por el soberano del
pueblo. El ciudadano es libre merced a la voluntad colectiva y por
lo tanto, al que se niegue a someterse a esa voluntad debe ser
obligado, sometiéndolo de modo coactivo a la voluntad del estado.
Para
Marx, las relaciones que se dan en la sociedad capitalista se
basan en la subordinación, el sometimiento y la explotación del
proletariado por la burguesía.
La
tesis de Marx era que la clase trabajadora a sido sometida por la
organización industrial a un régimen que no está de acuerdo con
la profesión de la libertad y la igualdad en la filosofía democrática
burguesa
En
el modo de producción capitalista, la relación gobernante
gobernado, es una sujeción de tipo económico, aquellos que
detentan los medios de producción (burguesía) que son la clase
dominante, que a su vez se valen del estado como medio de coacción
y la clase proletaria.
Weber
dice que la relación se da entre señor, cuadro administrativo y
dominado, en sentido estricto los dominados se relacionan con la
preexistencia de una organización política y de un cuadro
administrativo predispuesto para hacer cumplir los mandatos del
gobernante, "una relación donde alguien, en forma efectiva
esta mandando a otro".
Como
hemos visto en clase, Weber afirma que, de acuerdo al tipo de
dominación, será la relación entre gobernante y gobernado:
·
En la dominación legal, las ordenaciones son unipersonales
y objetivas. Se obedece a funcionarios en método a la legalidad
formal.
.
En
la dominación tradicional, se obedece a la persona por la
fidelidad y existe una menor limitación a la arbitrariedad del
soberano.
.
En
la dominación carismática, la obediencia descansa en cualidades
personales; es de tipo irracional, revolucionaria, extraña a toda
regla y, subvierte las tradiciones del pasado.
Política
económica: son
aquellas medidas que toma un Gobierno para influir en la marcha de
una economía. Algunas medidas, como el presupuesto, afectan a
todas las áreas de la economía y constituyen políticas de tipo
macroeconómico; otras afectan en exclusiva a un sector específico,
como por ejemplo, la agricultura y constituyen políticas de tipo
microeconómico. Los dos tipos de medidas se influyen entre sí,
puesto que cualquier decisión que cambie toda la economía tendrá
efectos sobre las distintas partes, y aquella política que afecte
sólo a un sector implicará repercusiones sobre el conjunto.
Las
políticas de corte microeconómico son tan variadas que resulta
imposible mencionarlas todas. Pueden estar dirigidas a un sector,
a una industria, a un producto o a varias áreas de la actividad
económica. Algunas políticas microeconómicas pretenden
reglamentar el funcionamiento de la economía, otras van
encaminadas a favorecer a ciertos sectores o actividades específicas.
Existen fuertes vínculos entre las distintas políticas sociales,
en especial las que afectan a la educación o a la sanidad pública,
que pretenden mejorar la salud, el nivel educativo y la
productividad de las personas. En general, las políticas
microeconómicas crean el marco legal en el que deben operar los
distintos mercados, porque de lo contrario las fuerzas de la
competencia generarían graves injusticias de tipo social.
El
alcance de la política macroeconómica depende del sistema económico
existente, del marco legal del país y del tipo de instituciones.
El sistema puede ser capitalista o comunista, puede tratarse de
una economía de mercado o una economía planificada,
preindustrial o industrializada. También existen importantes
discrepancias entre los economistas sobre el grado de intervención
del Gobierno. Algunos defienden la política del laissez-faire,
laissez-passer ("dejar hacer, dejar pasar") y confían
en el buen funcionamiento de las fuerzas del mercado al destacar
la mala gestión del sector público. Otros consideran que el
Gobierno puede cubrir las deficiencias del mercado. Para éstos,
la política económica debe eliminar las fluctuaciones, reducir
el desempleo, fomentar un rápido crecimiento económico, mejorar
la calidad y el potencial productivo, reducir el poder monopolístico
de las grandes empresas y proteger el medio ambiente. Cuanto más
evidente se hace que los mercados tienen efectos positivos y
negativos sobre la economía, mayor es la presión para que los
Gobiernos actúen mediante una política económica que corrija
las deficiencias de los mercados.
Aunque
casi toda la política económica la diseña el Gobierno, algunos
aspectos dependen de otras instituciones. Por ejemplo, la
estabilidad de precios y el control de la oferta monetaria son dos
tipos de medidas que dependen de la autoridad monetaria, es decir,
del banco central. Además, el éxito que tenga la política económica
no es algo que dependa únicamente de la acción del gobierno,
sino que depende en gran medida de las reacciones de los agentes
económicos, de su comportamiento y de la confianza que tengan en
la administración, algo que el gobierno mismo no puede controlar,
y menos a corto plazo. El impacto de la política económica también
depende de la cualificación y del nivel de conocimiento de las
personas que propongan las distintas medidas. Puesto que el diseño
de la política económica depende del trabajo de muchas personas,
ministerios e instituciones, es imprescindible que exista una
buena coordinación entre ellos.
Democracia
La
democracia es un sistema político por el que el pueblo de
un Estado ejerce su soberanía mediante cualquier forma de
gobierno que haya decidido establecer. En las democracias
modernas, la autoridad suprema la ejercen en su mayor parte los
representantes elegidos por sufragio popular en reconocimiento de
la soberanía nacional. Dichos representantes pueden ser
sustituidos por el electorado de acuerdo con los procedimientos
legales de destitución y referéndum y son, al menos en
principio, responsables de su gestión de los asuntos públicos
ante el electorado. En muchos sistemas democráticos, éste elige
tanto al jefe del poder ejecutivo como al cuerpo responsable del
legislativo.
La
esencia del sistema democrático supone, pues, la participación
de la población en el nombramiento de representantes para el
ejercicio de los poderes ejecutivo y legislativo del Estado,
independientemente de que éste se rija por un régimen monárquico
o republicano.
La
política democrática tiene que ver no sólo con quién y cómo
decide, sino igualmente con la forma en que está organizada la
sociedad y la forma con que ésta concibe y percibe la intervención
política en su vida.
Basaremos
esta investigación en la desconfianza que la política de nuestro
país se ganó por parte del pueblo y que se ve reflejada en
numerosas manifestaciones en los distintos sectores de la
sociedad. Tenemos el claro ejemplo de las últimas elecciones, en
donde el llamado "voto bronca" –impugnado y en blanco-
jugó un papel fundamental que actuó como la única reacción más
o menos efectiva del pueblo en repudio a los políticos.
Empezaremos
analizando las causas que atravesó la política argentina,
tomando en cuenta quiénes participaron, por quiénes se vieron
influidos, cómo y por qué llegaron, en qué circunstancias
locales y mundiales, cómo se desenvolvieron para tomar las
distintas decisiones, etcétera.
Crisis
de representación
Podemos
definir a la crisis de representación como la situación de pérdida
de confiabilidad en los partidos, en el Ejecutivo, en el
Parlamento y en el Poder Judicial, pero no en la democracia como
sistema.
La
democracia actual se caracteriza por transacciones entre élites
que se autonomizan de sus electores.
Causas explicativas de esta
crisis:
Los sucesivos incumplimientos
programáticos (por ejemplo, la promesa de Cavallo en el gobierno
de Menem de disminuir la tasa de desempleo, tarea que al no ser
cumplida, provoco el "retiro" de él, quien en ese
entonces era, como lo es ahora, el Ministro de Economía) hacen a
la pérdida del valor de los mandos electorales, la distancia
creciente entre promesas electorales y decisiones políticas. Otro
clarísimo ejemplo es el que se dio en la campaña política del
ahora presidente de la Nación, el Dr. Fernando de la Rúa quien
asumiera la presidencia tras haber obtenido el 53% de los votos.
El presidente, integrante de la UCR, logró vender una imagen de
político honesto, virtud que no muchos políticos argentinos
poseen. La otra parte de su campaña se basó en prometer cosas
que no fueron cumplidas, como vender el avión presidencial,
ajustar a la política, subir los sueldos, bajar los impuestos,
etc. Lo único que prometió y hasta ahora mantiene es la paridad
de un peso y un dólar, cosa que fue lograda en el gobierno
anterior. Ante la impotencia como mandatario, de la Rúa no tuvo más
opción que recurrir a Cavallo, el ministro menemista que tanto
fue criticado y que ahora tenía el cartel de salvador de los
argentinos. Esto muestra la coherencia de aquellos que nos
gobiernan, puesto que para arreglar las cosas que Cavallo hizo
mal, llaman nada menos que al mismo Cavallo.
Encontramos otro problema de
representación que se vio netamente reflejado en las últimas
elecciones y se refiere a que no surgen nuevos actores políticos
confiables que propongan una salida a esta situación. El
problema, hablando mal y pronto, es que las caras son siempre las
mismas. Basta con mirar las boletas de estas últimas elecciones
para senadores y diputados para darse cuenta que la política en
Argentina está infestada de "figuritas repetidas". Podríamos
nombrar a Alfonsín, quien luego de seis años de una presidencia
de la Nación, que tuvo que abandonar por la situción reinante, sólo
dejó como resultado 200% de hiperinflación. De todas maneras,
luego de diez años, no dudó en postularse para senador. Algo
similar ocurrió con Duhalde, quien luego de dejar a la provincia
de Buenos Aires en números rojos, también tuvo la osadía de
candidatearse, resultando finalmente vencedor, claro ejemplo de
que la gente opta por votar "al menos peor".
El modelo político del Estado ya
no se adapta, o lo hace sólo con dificultad, a las nuevas
demandas de una participación más independiente y de "carácter
social", menos ideológica y vinculada a los medios, a una
esfera pública no estatal.
Al cambiar el proceso decisional
en el marco de la globalización, en donde las decisiones pasan a
ser tomadas por importantes entidades financieras mudiales y
grandes pilares de grupos económicos trasnacionales, también se
modifican los presupuestos de la teoría democrática clásica,
sobre todo acerca de quiénes son los actores de las decisiones y
dónde se toman las mismas. No hay política pública
significativa donde no intervengan actores tales como organismos
internacionales, bancos de inversión, Banco Mundial, FMI y
distintas formas de financiación y los intereses de los
recientemente mencionados e influyentes grupos económicos.
Hay que tomar en cuenta que
resultan mucho más importantes las exigencias que establecen los
organismos financieros internacionales que los resultados de los
debates parlamentarios o la opinión de la población.
La situación social
declinante de distintos sectores de la población
En los últimos 15 años, la
conformación de nuevos pobres y la ampliación de la pobreza es
un punto central de la crisis de representación.
Es la primera vez que el proceso
democrático queda asociado a experiencias de distribución
negativa del ingreso, de exclusión y sin demasiadas expectativas
de reingreso.
Han aumentado las desigualdades
en un continente que ya tenía la distribución del ingreso y de
las riquezas más desigual del planeta.
Los problemas de exclusión y
deterioro de las condiciones sociales, junto a la simultánea
elevación del nivel de vida de la clase política, ayudaron a
generalizar este cuadro de desprestigio. Esta situación facilitó
la culpabilización de los políticos sobre un mundo que cambia y
que genera una gran incertidumbre sobre el futuro y, si bien los
políticos tienen parte de responsabilidad por su falta de
ejemplaridad, la política tiende a aparecer como el chivo
expiatorio de todos los males. De esta manera, se
desresponsabilizan otros actores como empresarios, tecnocracias,
gerentes, organismo internacionales y comunicadores que gozan de
la mayor credibilidad.
Pérdida de las identidades
colectivas
Estamos viviendo, desde hace
algunos años, un proceso de diferenciación social y funcional
que se refleja en las situaciones de los distintos países y
continentes. Hablamos de diferenciaciones en los diversos campos
sociales, que adquieren autonomía, con racionalidades específicas
y difícilmente conmensurables entre sí.
La pluralidad de espacios más
autónomos, regulados por criterios contingentes y reflexivos,
separa los intereses materiales y desdibuja los principios
universales y las creencias colectivas que servían de anclaje a
las identidades colectivas, las cuales se diluyen y se segmentan
haciendo que sus individuos convivamos pero de forma paralela. Los
diferentes campos sociales obedecen cada vez más a racionalidades
propias y diferenciadas.
Esta nueva diversidad es una de
las causas que hace que la política pierda fuerza como eje
ordenador de la sociedad.
Las referencias sociales
habituales desaparecieron alimentando un doble malestar social y
político, llegando a la conclusión de que ya no existe un
equivalente de lo que antes se identificaba como fuerza de
integración e identificación de algún sector determinado de la
sociedad.
Al estar descompuesto lo que
antes se denominaba "lo social", surgen nuevas formas de
demanda y expresión en nuestra política. Toda una relación
perversa con la política es consecuencia de por esta caída de
las formas tradicionales de representación social.
Lo colectivo desaparece y cada
sector de la sociedad se vuelve más paralelo y persigue sus
propios deseos de conquista, perdiendo definitivamente la acción
colectiva, la acción productora de solidaridad y cambio social.
El resultado es una menor
legibilidad de la sociedad y la degradación de la capacidad de
regular económica y socialmente al sistema.
Esta pérdida de la identidad
colectiva de una sociedad genera como resultado el cuestionamiento
del Estado y de la política como instancias generales de
representación y coordinación de la sociedad
Podemos encontrar en Argentina pérdida
de identidad colectiva en el período que precedió a la dictadura
militar comenzada en 1976, en donde la estructura social se veía
caracterizada por ser heterogénea por arriba y homogénea por
abajo.
El peso del movimiento obrero,
que se ubicaba en la cúpula de la clase trabajadora, se centraba
en la homogeneidad de las clases subalternas, expresando el núcleo
de una unión básica. Esto se veía alimentado por la articulación
política del peronismo que reproducía las condiciones
homogeneizantes.
A esto hay que sumarle la
importancia del proceso de industrialización. Éste tuvo su
comienzo en la primer presidencia de Perón, dentro del marco de
una industria norteamericana y europea quebrada por las
consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, que provocó la
necesidad del propio abastecimiento de productos industriales, a
la vez que favoreció nuestra exportación, teniendo a la clase
obrera urbana como principal protagonista.
La dictadura produjo efectos de
poder que fortalecieron las bases de la dominación de los grandes
sectores propietarios, homogeneizando su situación social y
logrando una disgregación de las fuertes bases subalternas.
La desindustrialización
implementada en la última dictadura, debido al afán especulativo
que sacudía los altos sectores de nuestra sociedad, redujo el
peso de los obreros industriales, y la clausura sindical bloqueó
su formas de expresión corporativas y políticas, agregando esto
a la persecución y represión ideológica y política, cuyos
blancos principales eran los grupos clandestinos de izquierda y el
peronismo.
El resultado al que arribamos es
que la fragmentación popular es la herencia fundamental de este
proceso. La estratificación obrera, la desindustrialización, el
crecimiento de sectores como empleados terciarios, los
independientes y los marginales, el detrimento de los obreros
asalariados, muestran una vida popular heterogeneizada, paralela y
desarticulada, llevando a un cambio que produce una modificación
en las condiciones del accionar político.
La actividad de trabajo alrededor
de la cual giran la economía y la sociedad ahora se ve respaldada
en nuevo ejército de trabajadores terciarios, que ocupan el
sector mayoritario de nuestra sociedad.
Los trabajadores terciarios, a
pesar de ser un grupo homogeneizado, persiguen intereses homogéneos
que no dejan que se genere, a diferencia del núcleo obrero, una
autoconciencia de grupo, ya que éstos no se encuentran en
establecimientos que los nucleen para llevar a cabo un trabajo
colectivo que permita la formación y desarrollo de conciencias
sociales.
Esta individualización, sumada
al congelamiento político, impide la interacción entre
dirigentes y dirigidos, contribuyendo a deteriorar las formas de
representación.
La política como articuladora
de las diferencias
Como antes analizamos, surge el
interrogante acerca de si la política es o no instancia general
de representación y coordinación de la sociedad.
Debido a la pérdida de identidad
causada por la diferenciación social y funcional recién
explicada, la política pierde su potencial integrador debido a
las dificultades que la sociedad presenta.
Al no actuar más como
unificadora, se cuestiona cuál es el nuevo rol de la política.
Es así que hablamos de la política como articuladora de las
diferencias ya que no puede unificarlas puesto que éstas obedecen
a distintas racionalidades propias y diferenciadas, cada una de
las cuales desplegarán dinámicas específicas, permitiéndonos
hablar de una sociedad con múltiples velocidades.
La política queda imposibilitada
de homogeneizar las distintas esferas funcionales de la sociedad
puesto que se maneja a con dinámicas diferentes que no le
permiten percibir las diversas situaciones de las distintas áreas
sociales.
La actividad de trabajo alrededor
de la cual giran la economía y la sociedad ahora se ve respaldada
en nuevo ejército de trabajadores terciarios, que ocupan el
sector mayoritario de nuestra sociedad.
La mayor profesionalización y
especialización técnica son producto del proceso de modernización,
de la creciente diferenciación social y funcional, a la que ya
hemos hecho mención.
El proceso de globalización
aumenta, al mismo tiempo, la necesidad y dificultad de dominar la
complejidad de la realidad social. La política se distancia y,
para operar, se tecnifica. En la sociedad compleja, el político
debe ser full-time y profesional. La política comienza a operar
como "carrera" competitiva y para pocos, lo que se
contrapone a la visión vocacional y masiva anterior y a las
formas de hacer política propias del modelo
"militante".
Corrupción
El fenómeno de la corrupción es
un eje central en esta investigación ya que influye directamente
sobre la fuerza y confianza política y sobre sus representantes y
perjudica directamente al pueblo argentino.
La corrupción es un factor
decisivo que contribuye a conformar una visión muy negativa de la
política, que cuestiona no sólo al partido gobernante sino al
conjunto de la clase política. La sospecha de una ligazón jueces
– políticos – empresarios termina asociando la política a la
impunidad.
El estado de corrupción es una
situación que permanece en el tiempo. Esto es mucho más
preocupante porque permanece y es contagioso, es una enfermedad
moral que tiende a expandirse en el sentimiento común de la
gente. Se genera un clima de inseguridad, incertidumbre y bronca
ya que uno es vulnerable hacia aquellos que más poder poseen y
pueden manejar a su antojo las grandes esferas del poder, mostrándose
como intocables ante la población.
Los factores que conducen al
estado de corrupción se pueden resumir en cuatro:
·
Sensualidad del poder: para alcanzar el poder todo
vale, el poder nos atrae, se pierde el control de los modos éticos
de la conducta.
·
Hedonismo y la ambición de riqueza: en nuestra
sociedad la mayor cantidad de bienes materiales da prestigio, lo
vemos como una virtud, algo digno de admiración.
·
Inactividad, inoperancia o desnaturalización
funcional de los organismos de control y de sanción, establecidos
con la consiguiente impunidad; por ejemplo lo voy a hacer, si no
me va a pasar nada, al otro no le pasa a mí tampoco.
. Falta de
opinión publica: la opinión publica es muy importante
(generalmente no se equivoca), y la prensa es la encargada de
transmitirlo. La opinión publica, por silenciosa, por Falta de
conocimiento, por indiferencia, esto es un modo de permitir la
corrupción, por eso si tiene como expresarse, como manifestarse,
podría entonces poner frenos, esto se logra a través de la
prensa. Los dos primeros factores se encuentran en la intimidad
del propio sujeto y es controlable por el mismo, los otros dos son
ajenos al sujeto son controlables desde afuera por la sociedad.
La corrupción también se
vincula al desprestigio más reciente que arrastra nuestro Poder
Judicial, tanto por la sensación de impunidad de ciertos casos
famosos -como la liberación de Carlos Menem en el caso de venta
ilegal de armas al extranjero- como por la suerte de connivencia
que parecería existir entre algunos políticos, jueces y policías.
Se termina conformando una
creencia cada vez más extendida acerca de la corrupción del
conjunto de la clase política. Entonces, la política se asocia
al poder y éste a la corrupción. Esto terminó por producir un
cambio de 180º en la concepción del poder en la sociedad, un
pasaje de su valoración positiva en los ‘60 y ‘70, como
herramienta de cambio y emancipación popular, a una perspectiva
pesimista en este presente, como fenómeno de opacidad, transacción
y corrupción en donde nada de lo que tiene o se puede percibir es
seguro.
Este fenómeno genera nuevas
demandas ya que el pueblo no encuentra identificación en el ámbito
de la política, en consecuencia, surgen liderazgos provenientes
del campo del deporte o del espectáculo para sustituir los
actores sociales tan venidos a menos. Podemos citar a
"Palito" Ortega, Carlos Reutemann, Soledad Silveyra,
"Pinky", Irma Roy, Luis Brandoni, Ubaldo Matildo Fillol,
Norman Brisky, entre otros. Son personas que se aprovechan de su
fama y buen nombre para obtener beneficios de poder. Motivados por
el apoyo que reciben por el pueblo por su desempeño en las
distintas esferas en las que se mueven, consideran que pueden
llegar ayudar a la gente y solucionar sus problemas, cuando en
realidad, en muchos casos, no están capacitados para hacerlo…
Medios de comunicación
Los medios de comunicación
empiezan a ocupar el lugar de nexos entre el Estado y la sociedad,
de mediadores de esta relación. Coinciden con una crisis del
espacio público. Asumen funciones que no les son propias,
generando la agenda de discusión cotidiana.
Los medios simplifican los temas,
a veces en forma extrema, y a la vez los politizan. Determinan
responsables, culpables, inocentes, les ponen nombres a las cosas.
Proporcionan a los nuevos
movimientos sociales oportunidades de expresarse y posicionar sus
temas en la agenda favoreciendo la emergencia de un espacio público
no estatal o no político.
Por otro lado, la política está
tomando cada vez más un aspecto mediático, en el cual la
televisión es la principal vía de expresión. Se conforma
entonces una política de la imagen, dando como resultado una
sobreoferta de información que no hace más que confundir al
receptor, impidiéndole interpretar correctamente los mensajes que
cruzan los medios.
En Argentina, la televisión
refleja como ningún otro medio la aceleración del tiempo, por lo
que los momentos se hacen cada vez más cortos y son actualizados
con mayor velocidad. Se acaban los tiempos para los distintos
procesos de aprendizaje y maduración y la política debe
adecuarse a ellos basándose en el presente y sin poder elaborar
proyectos a futuro.
La sociedad ya no tiene ideas
compartidas, haciéndose más difícil la conformación de un
sentido común, haciendo que comprendamos las dificultades de la
política para lograr el consenso general.
Además, la fuerte concentración
de los multimedia y su articulación con intereses económicos
otorga a pocos grupos gran capacidad de construcción de la agenda
y de posicionamientos deliberados de la opinión pública. Los
medios pueden construir un orden de prioridades e instaurar
problemáticas que no siempre responden a los intereses reales de
la sociedad. Los medios concentrados aparecen como grupos
multimedia que articulan intereses empresariales, conforman
negocios múltiple y oligopolizan la comunicación, también
aparecen como un nuevo factor de poder.
Partidos políticos
Los partidos políticos, agentes
privilegiados de la política democrática, no poseen ni discurso
ni estrategia de trabajo. Por un lado, no son capaces de ordenar y
estructurar sus ideas con relación a la realidad para arribar a
panorama inteligible. Al encontrarse con una sustanciosa
diversidad de intereses y opciones que giran en torno a un mismo
objeto, no pueden diagramar una propuesta concreta.
Apoyamos entonces la tesis de
Downs, quien opina que "los partidos políticos no ganan
elecciones para llevar a cabo sus programas; formulan programas
para ganar las elecciones y una vez en el gobierno verán día a día
lo que pueden hacer". Un ejemplo para esta afirmación se ve
en la estrategia de campaña política utilizada por la Alianza,
que presentó una plataforma política que incluían una serie de
medidas que nunca se cumplieron, al mismo tiempo que sólo basaron
sus discursos en la crítica a quien en ese momento era el
oficialismo, para luego cometer los mismos errores que tanto habían
remarcado.
Excluidos del proceso efectivo de
decisión, los partidos pierden su capacidad creadora de
identidades colectivas; se diluye "el sujeto" del orden
democrático, el "pueblo o la nación".
Inferimos de esta manera que hoy
por hoy los partidos políticos ya no poseen un perfil nítido y
puro ante la sociedad ya que todo lo políticamente debatible y
decidible está restringido y no tiene un amplio margen de variación.
De ahí que dos partidos como el Frepaso, de origen peronista, y
la UCR, hayan podido aunar fuerzas con una idea en común para
vencer al Partido Justicialista.
Emergencia de la sociedad
civil
Existe la llamada emergencia de
la sociedad civil o del tercer sector, que significa que la
participación tiende a ser más "social" o apartidaria
encontrándose reflejada en la creación y el fortalecimiento de
Organizaciones no Gubernamentales, y que se ve construida sobre
redefinidas solidaridades y temas más puntuales. Por ejemplo,
ahora son mujeres las protagonistas de muchas de las
organizaciones sociales.
De esta forma, mientras un primer
circuito de la política representativa se consolida, ahora se
constituye un segundo circuito, conformado por ONGs.
Hay movimientos sociales,
organizaciones voluntarias, vecinales, que representan a vastos
sectores que no se sienten contenidos ni tampoco expresados por
partidos y sindicatos, que apuntan a cuestiones puntuales y no a
la conquista del poder. Y este segundo circuito de la política
plantea una acción colectiva "social" que se encuentra
en tensión y, a la vez, en complementación con el primero.
El rol del mercado en la política
En Argentina, como en muchas
partes de Latinoamérica, se produce un cambio en lo que hace a la
sociabilidad y que se nota en las grandes ciudades, resaltando una
reestructuración de la relación entre las esferas privada y pública.
Esto tiene causa en la transición
de una economía capitalista de mercado a una sociedad de mercado
en la que las relaciones sociales se mercantilizan, rigiéndose
por el cálculo racional e instrumental del cambio mercantil que
le dan a las relaciones sociales sesgo más egoísta e
individualista.
El mercado termina desplazando a
la política en la determinación del ámbito público, es decir,
que el espacio público no está determinado por la ciudadanía,
sino que el mercado y los criterios de competitividad, eficiencia
y productividad adquieren un carácter público y establecen la
medida para las relaciones públicas.
Primero debemos aclarar que
consideramos esta investigación sumamente valiosa para nosotros,
en el sentido que nos ayudó a conocer un poco más los
movimientos políticos y sus dinámicas, permitiéndonos
comprender la situación de la sociedad frente a sus actores políticos,
sus reacciones y las causas de éstas. También nos fue de
utilidad porque nos nutrió de conocimientos de la historia
argentina contemporánea.
Llegamos a obtener como conclusión
que la desconfianza que el pueblo argentino tiene para con su
clase política no se debe a una cuestión de capricho o rebeldía
sin causa, sino que radica en una multiplicidad de factores
encadenados entre sí que, a lo largo del siglo XX, se fueron
desarrollando sin seguir ningún tipo de norma que favorezca al
pueblo pero respetando distintas políticas que fueron dándose
indirectamente.
Si bien tenemos una Constitución
Nacional liberal desde 1853, la historia política argentina se
vio manchada por la aparición de dictaduras militares que se
olvidaron de la democracia y ejercieron el poder a través de la
fuerza. Dichas dictaduras recibieron, en muchos casos, el apoyo y
la dirección de grandes bloque económicos, quienes veían
perjudicados sus intereses con los gobiernos democráticos.
En Argentina existió una clase
obrera muy poderosa, la cual se sustentó en las políticas de Perón,
que afectaban los intereses de la oligarquía terrateniente
conservadora y preocupaban a los grandes capitalistas nacionales y
extranjeros. El ataque a esta clase social y las políticas que se
implementaron posteriormente, y a lo largo de estos años,
produjeron para nosotros el marco que contribuiría a la pérdida
de confianza en la política y al decaimiento del político como
ser respetado institucionalmente.
En un contexto de globalización
y políticas neoliberales que atacan a la esencia política, que
generan pobreza y exclusión social en un sistema que se maneja a
través de la corrupción como moneda corriente, con intereses
cada vez más individualistas y egoístas debido a la
mercantilización de la sociedad, en donde el mundo entero está
conectado a través de los medios de comunicación –tv, radio,
internet, teléfono, periódicos- obteniendo informaciones mutadas
de la realidad, se dio como resultado una disgregación de la
sociedad que produjo una desaparición de la clase obrera dando
lugar a la aparición de nuevas formas de trabajo, las cuales
–aunque sean de cuello blanco- pasaron a ser la nueva clase de
proletarios sin poder político, mientras que las identidades
colectivas fueron atacadas causando así un sentimiento de no
pertenencia o identificación con ningún actor o entidad política
determinado.
Terminamos afirmando que los políticos
actuales no son los únicos culpables de esta desconfianza
argentina –aunque su desempeño deja mucho que desear-, sino que
esto viene de una larga data y es resultado de múltiples procesos
históricos que la clase política actual no parece ser idónea
para transformar.
Bibliografia
Materia de cátedra de la
Universidad de Buenos Aires
Sociología. Unidad 3. Cátedra
Pablo Martínez Sameck
·
"Los silencios y las voces en América
Latina", de Alcira Argumedo
·
"Los hilos sociales del poder", de Juan
Villareal
·
"Quién manda en América Latina", de
James Petras
·
"Ajuste estructural y reforma estructural en la
Argentina de los ‘90", de Mabel Thwaites Rey
Sociología. Unidad 4. Cátedra
Pablo Martínez Sameck
·
"La nueva era de las desigualdades", de
Jean-Paul Fitoussi y Pierre Rosanvallon.
·
"La política ya no es lo que fue", de
Norbert Lechner
Apuntes para una sociolgía crítica.
Cátedra Pablo Martínez Sameck
·
"Pobreza, vulnerabilidad y exclusión
social", de Gustavo Andino
·
"Divergencias sobre la sociedad civil en un
contexto de crisis", de Juan Manuel Grimma
Enciclopedia Monitor Salvat
Enciclopedia Microsoft Encarta
’99
Sitios visitados de internet:
·
www.clarin.com.ar
·
www.elmonomario.com
·
www.cenoc.gov.ar
·
www.encuestas.com.ar
·
www.drtangalanga.com.ar
·
www.lanaciononline.com.ar
.
www.voteaclemente.8k.com
|