En tiempos mejores para
la Argentina, la educación fue una prioridad. Del excelente sistema
educativo que el Estado construyó nos quedan, como mudos testigos,
algunos magníficos edificios escolares. En algún momento, aunque
los enunciados permanecieron, el sentido de esa política cambió.
Es fácil advertirlo
donde esos golpes fueron deliberados. En 1966 se interrumpió el más
brillante proceso de modernización de la Universidad argentina.
Golpes similares contra otros emergentes culturales (como el
Instituto Di Tella)revelan el sentido de esa intervención, que se
repitió con más dureza en 1976.
Pero la democracia trajo
otros golpes: mientras unos querían reconstruir el tejido académico
y afirmar los valores de la excelencia, otros consideraron que en la
Universidad había un botín para ser repartido entre las distintas
facciones políticas. Por obra de unos y otros, la Universidad fue
perdiendo su función rectora sobre el sistema educativo.
El magnífico sistema
construido al amparo de la ley 1420 llegó al lamentable estado
actual.
Desde hace varias décadas
se instaló una crítica a lo que se llamó el enciclopedismo, cuya
consecuencia fue la desvalorización de lo que es esencial en la
escuela: enseñar. El deterioro salarial convirtió a la tarea
docente en un trabajo despiadado y descalificado. La supresión de
las escuelas normales (donde se habían formado los mejores
maestros) comenzó a afectar la calidad de los cuadros docentes.
La
transferencia de las escuelas y colegios a estados provinciales que
en muchos
casos ya eran incapaces de sostener por sí mismos una administración
mínima, avanzó en la destrucción de la institución escolar. El
último golpe lo dio una reforma educativa que, bajo el anuncio de
construir un sistema mejor, empezó destruyendo lo poco que quedaba.
La Universidad, que padeció la "Noche de los bastones
largos" recibió los golpes más espectaculares; pero la herida
más profunda se produjo en las escuelas primaria y media.
Allí
hay que buscar algunas de las causas del empobrecimiento cultural
que hoy nos asombra.
Gentileza
de: http://enlaceweb.net
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