Ante la saturación informativa que produce la web, la virtud a
desarrollar es la capacidad de selección, afirmaba Umberto
Eco en los inicios de la expansión de internet.
Hoy, los glosarios definen un término
creado al efecto: infoxicación.
Infoxicación:
Intoxicación
intelectual producida por un exceso de información.
El exceso de información se produce con el alud informativo
disponible
actualmente que genera
una dificultad para digerir tanto volumen en
tan poco tiempo.
Como consecuencia, el tiempo del usuario se convierte en un bien
escaso
y la búsqueda de la atención de la audiencia es una de las
prioridades de
la internet.
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Exceso de información
Cada uno de nosotros, en la medida de sus posibilidades
materiales, elige la información que desea entre una variedad de
fuentes: radio, diarios, periódicos, revistas, televisión (de aire,
por cable, satelital, por internet), correo, correo electrónico,
noticiarios web, websites, weblogs, listas de correo, foros, periódicos
en línea, en suma: una cantidad infinita de servicios permanentes,
veinticuatro horas al día, siete días a la semana.
Antiguamente, la información
era un bien costoso del cual sólo se manejaban cantidades pequeñas. En
la actualidad, es más fácil y económico poder tener acceso, encontrar y
guardar información.
Pero... ¿una mayor
cantidad de información hace que estemos mejor informados?, ¿el aluvión
de datos, nos esclarece o nos confunde más ante los hechos?
Observar la perplejidad de
quien recibe 50 o 100 mails al día (en general más urgentes que
importantes), más faxes, mensajes de voz, etc., y guarda cientos de
archivos electrónicos, informes, recortes de revistas, libros sin leer,
listas de teléfonos o direcciones de correo electrónico; todo
acumulado por si acaso.
Ésa es una imagen que
evidencia que la sobre-información es una carga y que es indispensable
aprender a utilizar la información.
Angustia y fatiga por exceso de información
Estudiosos de la
comunicación, médicos, psicólogos y psiquiatras, ya han delineado algunas de las consecuencias de
la proliferación de informaciones sobre nuestra capacidad de comprensión.
Ellos nos hablan de la “angustia
informativa” que se padece cuando no se es capaz de discernir lo
útil de lo banal. De la “fatiga por exceso de información”,
el elevado nivel de estrés de los que no pueden asimilar tanta
información como la que reciben, que se caracteriza por un estado
psicológico de hiperexcitación, ansiedad, e inseguridad que provoca
una parálisis de la capacidad analítica y puede conducir a tomar
decisiones imprudentes o arribar a conclusiones equivocadas.
También hablan de “fatiga
crónica” como fenómeno clínico que se produce en los ambientes de
alta tecnología que multiplican incontroladamente los flujos de datos,
sensaciones e imágenes.
Estos informes, dan un
paso más y alertan sobre dos cuestiones de interés:
- Los estudios mencionados, desde su
divulgación hace algunos años hasta el presente, en que su vigencia
es mayor que nunca, han pasado prácticamente desapercibidos en medio
del aluvión (des)informativo.
- El impacto en la vida emocional e
intelectual de los padecimientos antes enumerados hace que las
personas a las que afectan, en un ambiente cada vez más contaminado
por la sobre-información, vayan perdiendo no solamente la capacidad
de análisis, sino también la de indignarse con las situaciones de
injusticia.
¿Para qué sirve la
información?
La información, si bien es indispensable, es sólo un
pretexto para pensar.
Sirve para profundizar
en ella, no para acumularla meramente.
No debemos olvidar que la
lectura es un ejercicio del pensamiento: es pensar con una guía.
El objetivo último de la
lectura no es estar informado (acumular información) sino pensar.
Leer para pensar y,
creativamente, generar nuestra propia información.
Acceso desigual a la información
El acceso a la tecnología
en general y a las nuevas tecnologías en particular, marca un
indiscutible problema de desigualdad entre los países desarrollados y los
países en vías de desarrollo, y aún en el interior de cada país.
Las nuevas tecnologías
despiertan grandes esperanzas porque constituyen un instrumento que puede
contribuir al desarrollo, la educación, la transmisión del saber, la
democracia y el pluralismo. Pero, la revolución tecnológica en curso,
tambien despierta interrogantes sobre las consecuencias de la
“mundialización”, en materia de desigualdades, representaciones
digitales que confundan realidad y ficción, manipulación de códigos, imágenes
y símbolos.
Más allá de las nuevas
tecnologías de la información, se perfilan distintos modelos de
sociedad.
Diferencia entre dato, información y conocimiento
Las palabras “dato”,
“información” y “conocimiento”, designan conceptos diferentes que
es importante distinguir.
Un dato es un conjunto discreto, de factores
objetivos sobre un hecho real.
Un
dato no dice nada sobre el por qué de las cosas, y por sí mismo tiene
poca o ninguna relevancia o propósito.
Los datos describen únicamente una parte de
lo que pasa en la realidad y no proporcionan juicios de valor o
interpretaciones, y por lo tanto no son orientativos para la acción.
La toma de decisiones se basará en datos, pero estos nunca dirán lo que
hacer. Los datos no dicen nada acerca de lo que es importante o no.
A pesar de todo, los datos son importantes para las organizaciones,
ya que son la base para la creación de información.
La información es un mensaje.
Como cualquier mensaje, tiene un emisor y un receptor.
La información es capaz de cambiar la forma en que
el receptor percibe algo, es capaz de impactar sobre sus juicios de valor
y comportamientos.
A
diferencia de los datos, la información tiene significado (relevancia
y propósito). No sólo puede formar potencialmente al que la recibe,
sino que esta organizada para algún propósito. Los datos se
convierten en información cuando su creador les añade significado.
Transformamos datos en información añadiéndoles valor en varios
sentidos. Hay varios métodos:
- Contextualizando:
sabemos para qué propósito se generaron los datos.
- Categorizando:
conocemos las unidades de análisis de los componentes principales de
los datos.
- Calculando:
los datos pueden haber sido analizados matemática o estadísticamente.
- Corrigiendo:
los errores se han eliminado de los datos.
- Condensando:
los datos se han podido resumir de forma más concisa.
El
hecho de que actualmente tengamos acceso a más tecnologías de la información no
implica que hayamos mejorado nuestro nivel de información.
El conocimiento se deriva de la información, así
como la información se deriva de los datos. Para que la información
se convierta en conocimiento, las personas debe hacer prácticamente todo
el trabajo. Esta transformación se produce gracias a:
·
Comparación.
·
Consecuencias.
·
Conexiones.
·
Conversación.
Estas
actividades de creación de conocimiento tienen lugar dentro y entre
personas.
Al igual que encontramos datos en registros, e información en mensajes,
podemos obtener conocimiento de individuos, grupos de conocimiento, o
incluso en rutinas organizativas.
Sociedad de la información / Sociedad del saber
La distinción precedente nos lleva al tema de la distinción entre la
sociedad de la información y la sociedad del saber.
Hay
que dejar de confundir (ya sea ingenua o tendenciosamente) “información”
de “conocimiento”.
Entonces
corresponde que nos hagamos algunas preguntas:
¿El exceso de información no acabará con el
conocimiento, que supone un dominio de la información que se obtiene
gracias al saber, a la reflexión crítica y a la educación?
Teniendo
en cuenta el desigual acceso a las nuevas tecnologías, ¿cómo combatir
lo que algunos llaman el “apartheid tecnológico”?
¿Cómo
facilitar el acceso a la información y crear redes de enseñanza a
distancia?
Como afirmó Paul Kennedy en los Coloquios del Siglo XXI
organizados por la UNESCO, ¿Internet, un sistema al que sólo tienen
acceso 5 personas de cada 100, no es “un sistema antidemocrático e
inestable”?
El
obeso de Las estrategias fatales de Jean Baudrillard
El
obeso.
Es una deformidad por exceso de conformismo,
que traduce la hiperdimensión de un carácter social tan saturado como
vacío,
donde se han extraviado la escena social y la del cuerpo.
Obesidad
fetal:
es como si estuvieran preñados de su cuerpo y no llegaran a parir.
El cuerpo crece, crece, crece, sin llegar a parirse a sí mismo.
Obesidad secundaria:
obesidad de simulación a imagen de los sistemas actuales
que se preñan de tanta información que nunca llegan a parir,
delirio de almacenarlo todo,
inventariar el mundo y la información
e instalar al mismo tiempo una potencialidad monstruosa
de la que ya no hay representación posible.
Lo social está aislado como función.
Socioesfera de contacto, de control, de persuasión y de disuasión,
de exhibición de las inhibiciones en dosis masivas y homeopáticas:
eso es la obsenidad.
El obeso es obsceno
no porque tenga demasiado cuerpo,
sino porque el cuerpo que tiene resulta superfluo.
Cecilia Suárez
http://cablemodem.fibertel.com.ar/ceciliasuarez-online/
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