JOSÉ MARÍA ALGUERSUARI
Vista de Barcelona desde Collserola, 
con las dos torres de la Vila Olímpica
 y el edificio en construcción
 de Aigües de Barcelona

SILVIA ANGULO - 28/03/2004
BARCELONA

Locos por el diseño. Con esta frase describe una organización estadounidense sin ánimo de lucro el urbanismo de espacios públicos que se desarrolla en Barcelona. Este grupo de arquitectos –que se denomina Project for Public Spaces (www.pps.org)– ha publicado en internet un estudio sobre las excelencias y vergüenzas de la ciudad. Urbanistas y arquitectos destacan la buena imagen de la ciudad, pero alertan de la creciente fiebre por crear una Barcelona de atracción, poblada por edificios de autor, que olvida la calidad de vida de sus ciudadanos. Las personas mayores son las principales perjudicadas por este diseño urbanístico que se está imponiendo en las calles y espacios públicos.

La asociación, con sede en Nueva York, ha dividido en cuatro ámbitos las zonas urbanas analizadas: excelentes; mejor que la media; peor que la media, y de vergüenza. La Rambla, el Park Güell, la Boqueria o la Sagrada Família estarían en los primeros puestos, mientras que el parque y edificios de Diagonal Mar, la plaza del Macba y los paseos García i Faria y Colom están a la cola por su calidad y el uso ciudadano que se hace de ellos.

Los expertos dicen que en muchos lugares de Barcelona la arquitectura tiene más valor por su diseño que por el provecho que los ciudadanos pueden hacer de ella. Una moda, que, según los urbanistas, está ganando terreno en otras muchas ciudades y que esperan “que sea pasajera”. En cambio, reconocen que la ciudad desborda energía, es “tentadora” y se ha convertido en un diverso y gran centro cultural de entretenimiento. “Barcelona nos enamora por sus grandes espacios públicos, pero también nos causa grandes preocupaciones”, dice el informe.

El tráfico y la excesiva velocidad a la que circulan los vehículos, junto con una cultura de motos agresiva, son otras de las “inquietantes” características que aquejan a la ciudad. Estos problemas, que no son exclusivos sólo de la capital catalana, provocan a juicio de esta organización “una especie de represión de las actividades ciudadanas que se pueden desarrollar en las bonitas calles de la ciudad”. Por eso, recomiendan pacificar la circulación y recuperar espacios que ahora ocupan los coches, como pueden ser los chaflanes o las aceras, en el caso de las motos, para uso ciudadano.

Unas medidas que deberían llevarse a cabo con una “actitud menos disciplinaria y más sutil para hacer más agradable y fácil la vida a los barceloneses”, proponen. Con todo, la asociación reconoce que la mayoría de “estos defectos” se puede resolver fácilmente. “Barcelona, más que la mayoría de ciudades, podría conseguirlo perfectamente”, concluye.

Si bien el estudio analiza en profundidad las zonas públicas y de uso ciudadano de la ciudad, pasa pot alto los retos urbanísticos que se le plantean a Barcelona a corto plazo. No se hace ninguna referencia a los nuevos edificios y espacios que con motivo del Fòrum de les Cultures o la llegada del tren de alta velocidad se están construyendo o se alzarán en breve en la ciudad. Tampoco hace mención alguna del desarrollo urbanístico que se está llevando a cabo en la Diagonal o en el área de Poblenou con la transformación de las viejas fábricas industriales en empresas tecnológicas o viviendas.

Project for Public Spaces ha iniciado con Barcelona una serie de análisis en profundidad de los espacios públicos de diversas ciudades del mundo. La serie continúa con Londres, París y Nueva York (en el caso de estas dos últimas ciudades el estudio se encuentra aún en proceso de elaboración). Todos los estudios y análisis se difunden a través de la página web de esta entidad, que trabaja en el ámbito del urbanismo desde 1975.

Gentileza de: http://www.lavanguardia.es

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