"Casi siempre se hallan en nuestras manos los  recursos que pedimos al cielo." 
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Convirtiendo a la alfabetizacion digital en 
una nueva infraestructura del conocimiento

por Alejandro Piscitelli

 

   





 

Palabras y cuchillos

Las palabras son como el filo del cuchillo, se gastan de acuerdo a la dureza de lo que deben cortar. No imaginemos que con un cuchillo de mesa podremos cortar diamantes, ni que con un simple cortaplumas podremos hacer siquiera una muesca frente a un metal noble.

Lo mismo ocurre en el mundo de los símbolos y de los conceptos. No cualquier caja de herramientas puede morder con eficacia y tenacidad a los mas duros y mas nodales. Es por ello que se desgasta el tiempo y las nociones y entidades que mas nos interesan permanecen incólumes, mientras que las teorías y los aparatos conceptuales que quieren lidiar con ellas irremediablemente se desgastan y oxidan.

El panorama es conocido y la desazón aumenta a medida que los conceptos y problemas se vuelven mas complejos o son mas urgentes y acuciantes. Ademas hay una relación inversamente proporcional entre la cantidad de herramientas y teorías que supuestamente deberían poder ayudarnos, ya no solo a diagnosticar sino sobretodo a diseñar complejidad e intervenciones sociales, y sus resultados efectivos, en general magros, dispersos y de corto aliento.

El tema nos atribulo bastante en una reciente reunión del Grupo Complejidad donde después de una larguisima exposición de uno de los miembros, se nos volvieron como bumerán los interrogantes de siempre y las dudas que nos vienen carcomiendo desde larga data.

Aprovechemos pues para retomar esta palpable constatacion de la asimetría entre lo que sabemos y lo que queremos saber, entre lo que hacemos y las razones por lo que lo hacemos, entre la eficacia de ciertas acciones y el desconocimiento de las razones por las que "funcionan", en contadas ocasiones.

Y hagamaslo no en abstracto y sobre temas macro propios de opinologos, sino mas bien sobre cuestiones muy viscerales en las que se juega nuestro futuro cognitivo y profesional. Mas precisamente sobre la cuestión de la alfabetización digital, de lo que esta conlleva, y de porque podemos y debemos tomarnos en serio la cuestión de una transmutación epocal en relación al advenimiento de la conectividad masiva y sobretodo de un aumento sistemático y colaborativo de la inteligencia como jamás se había visto antes. Tema que ancla en la complejidad como pocos otros.

Las computadoras, el aprendizaje y la alfabetización

En este sentido las ideas de Andrea A di Sessa , profesor en la escuela de graduados de la Universidad de California en Berkeley y coautor del clásico Turtle Geometry. The computer as a medium for exploring mathematics (1981) son mas que bienvenidas.

20 años de trabajo permanente e intensivo en el aprendizaje de conceptos abstractos -pero sobretodo de las matemáticas- han redundado en una obra absolutamente magistral y casi sin parangones cual es Changing Minds. Computers, learning and literacy (MIT, 2001) que conviene trabajar en sumo detalle para tomarnos en serio lo que el concepto de neoalfabetismos implica y supone, así como cuales son los mejores formatos y estrategias para conseguir instalarlo socialmente.

Lo primero es lo primero. No imaginemos que vamos a alfabetizar digitalmente a muchos y bien sino aceptamos que la alfabetización es indisociable del proceso de hominizacion (del devenir filogeneticamente humanos como especie tal como sostiene Merlin Donald en Origins of the Modern Mind Three Stages in the Evolution of Culture and Cognition y ontogeneticamente como grupos dispares, variopintos y específicos que somos distintos y a la vez semejantes y que reconocemos a las conciencias de los otros ya desde los 9 meses de edad, como nos enseño Michael Tomasello en The Cultural Origins of Human Cognition.

Que nuestra vida cotidiana está atravesada por nuestro ser alfabetizado puede comprobarse frente a cualquier rutina diaria que involucre nuestras operaciones cognitivas. Nos levantamos y leemos (escuchamos y escaneamos) diarios y noticias.

Desde hace 10 años esta tarea de encuentro con la información se ve amplificada y multiplicada por la lectura de nuestra dieta de e-mails que puede consumir muchas horas diarias y que cambió en forma drástica nuestra concepción de lo que son las relaciones sociales trascendiendo las barreras del tiempo y del espacio.

No menos significativo es el poder de la alfabetización en el trabajo. Si como bien dice Fernando Flores nos pagan por hablar, queda cada vez mas en claro que nos pagan por pensar, por hacer distinciones y sobretodo por leer y escribir. Todos las actividades ligadas a la ciencia y la tecnología, y mas específicamente a la industria del conocimiento, (que van desde el entretenimiento hasta la alta cultura, desde las infraestructuras mas básicas hasta los consumos cognitivos mas conspicuos) están ligadas a nuestro ser alfabetizado.

Por ultimo la alfabetización es absolutamente determinante cuando de transmisión (en el sentido en que Regis Debray se ocupa del mantenimiento de la continuidad cultural) se trata. Es decir la alfabetización es la quintaesencia de todos los procesos educativos, constituye su infraestructura y si uno no es competente en la lectura y si no tiene una alfabetización matemática básica es imposible que pueda aprovechar los textos de historia ciencia o matemáticas.

La alfabetizacion es mucho mas que máquinas

Las computadoras personales (hogareñas y comerciales) aparecen a principios de los años 80. Al principio hubo muy pocas en las escuelas, pero gracias a varias leyes combinadas que hemos recapitulado en muchas ocasiones (Moore, Metcalf, Reid) , su expansión se hizo exponencial.

En USA por ejemplo en 1995 había una computadora cada 10 chicos, bastante lejos de la relación 1 a 3 o 1 a 2 que necesitamos para una socialización intensiva y plena en alfabetización digital. Y aun así tenemos sobradas dudas de que simplemente por atiborrar de mas maquinas las escuelas algo grande y notable acaecerá en el mundo de la historia y de la alfabetización.

Andrea A di Sessa (al igual que Seymour Papert, Nicholas Burbules & Thomas Callister, Gunther Krebs,Derick de Kerckhove... entre quienes mejor encaran el problema) coincide plenamente con la critica a la perspectiva ingenua en el uso de las máquinas, y por eso formula las preguntas correctas que toda implementación micro o macro no puede pasar por alto, so pena de convertirse nuevamente en sopa.

¿Qué es lo mejor que puede pasar en materia educativa gracias al uso intensivo de computadoras?, ¿Cómo podría ser el aprendizaje en un mundo donde las máquinas estánn bien usadas?, ¿Cómo podemos asegurarnos de que la visión que elijamos sea sostenible en el tiempo y sobretodo que llegue efectivamente a los chicos? ¿Qué software debería crearse para lograrlo y como nos aseguramos de una metodología para que este camino sea bien recorrido?

La hipótesis de di Sessa esta explícitamente formulada. Las computadoras pueden ser el fundamento técnico de una nueva y potenciada alfabetización que en muchos casos actuará del mismo modo que la actual alfabetización letrada, y que tendrá una penetración e influencia profundas comparable a la que hemos logrado gracias a la alfabetización masiva surgida a partir de la imprenta.

Todo gira -por eso nuestras consideraciones preliminares- alrededor de que entendamos por alfabetización digital. Tradicional mente (y nosotros mismos en el espectro bajo del continuum endosamos esta visión y la hemos incluso promocionado con el CD 1 Alfabetización digital. Elementos básicos de informática de educ.ar) se circunscribió a creer que prender una computadora, poseer los rudimentos de la ofimática domiciliaria u oficinesca, y tener una vaga idea de lo que es la navegación on line alcanzaba para o abría las puertas hacia el nuevo mundo de las maravillas y de los terrores virtuales. Grave error. Obrar así y quedarnos contentos fue confundir al balbuceo con la expresión poética y a creer que deletrear supone ipso facto la conquista del sentido.

La alfabetización digital será infraestructural o no será nada, y sus alcances si nuestras intuiciones y proyectos van hacia algún lugar, deberán tener el mismo grado de implicancia de los poderes cognitivos y de la socialización en mundos alternativos como lo tuvo la quirografia, el alfabeto y la imprenta en sus respectivos inicios, pero todos combinados y encima potenciados.

Es un verdadero escandalo y vergüenza suponer que la alfabetización digital tiene que ver con el comando incipiente de la maquinas por parte de los adultos, o el uso indolente de las computadoras por parte de chicos y nativos digitales.

La proliferación de inteligencias materiales

Quizás un paso inicial para descubrir la pepita que hay en tanta herrumbre es sustituir la idea de la alfabetización por la de inteligencia material. La inteligencia material añade y recapitula el desarrollo espontáneo (porque en realidad está bañado por la cultura de generaciones ininterrumpidas) de nuestro despliegue meramente intelectual. Este solo tiene lugar ante la presencia de mediadores materiales, desde el lápiz y el papel, el ábaco y las tablas de doble entrada hasta las mismísimas computadoras devenidas simuladores de propósito general.

Inteligencia material no equivale a inteligencia artificial ni promueve fantasías de robots mas que humanos (aunque ese será otro capitulo a explorar en algún momento). Inteligencia material es inteligencia natural mas extensiones maquinales.

Toda alfabetización (tanto las que ya llevamos incorporadas como estas nuevas que pretendemos incorporar) se han desplegado en torno a una triple adquisición. La primera es material. No hay alfabetización sin inscripciones materiales externas a la propia mente (lo que fue saludado entusiasta e indeleblemente por Willian Shakespeare en su inolvidable Soneto CVIIII "¿Que hay en la mente que la tinta puede trazar").

Gracias a este procedimiento de externalizacion volvemos portátiles nuestras ideas. Leer un mapa, verificar una cuenta bancaria, planificar un itinerario, averiguar precios en linea son distintas manifestaciones de esta potestad. Todavía mas (y ese es el valor inestimable de los croquis, diseños y maquetas, pero sobretodo de los modelos computacionales) podemos imaginar futuros alternativos y hacerlos correr con suerte dispar gracias a la existencia de estos exoesqueletos cognitivos.

El peso de las bases materiales de la alfabetización es algo que se descuida permanentemente y a excepción de Bruno Latour son muy pocos los que se la han tomado en serio y han podido sacar conclusiones de las pasadas mediamorfosis con implicancias interesantes y riesgosas para el futuro (indispensable profundizar al respecto en "Drawing things together" En Michael Lynch & Steve Woolgar (eds) Representation in scientific practice").

Estos saberes materiales están altamente codificados, se estructuran en subconjuntos diferenciados y se enhebran entre si permitiendo algunas cosas e impidiendo otras. El lenguaje escrito, el mas y mejor conocido de todos estos subsistemas está organizado por partículas elementales, se despliega en distintas capas y permite desde las comunicaciones mas banales, la mera transcripción de la cosa misma, hasta elaboraciones de un grado de complejidad (paradojas, descripciones múltiples, enunciados policausales) que aun hoy nos cuesta decodificar y reproducir mecánicamente.

Otros subsistemas notacionales y representacionales tienen una naturaleza y funcionalidad absolutamente diferentes. La aritmética no es muy feliz como vehículo de la poesía o de la filosofía, pero allí donde corresponde nos permite pensar con precisión y concisión. Pero serian impensables profesiones enteras (ingenierías, ciencias, tecnologías) sin el poder de compresión de las relaciones entre los pilares básicos de la naturaleza que provee la matemática y que lamentablemente ha sido confinado al reino de los expertos y los superdotados. Por eso toda neoalfabetizacion necesita también de la liberación de las matemáticas de su coto de caza y sobretodo de una reapropiacion de las matemáticas concretas (como quería Maurice Frechet) y de su inscripcion en lo cotidiano.

Dependencia tecnológica y diseño de la alfabetización

Los dos rasgos cruciales de la materialidad de la alfabetización son su dependencia tecnológica y su carácter diseñado. Hubiese sido inimaginable una alfabetización masiva desde el Renacimiento hasta nuestros días sin un abaratamiento drástico del papel y el lápiz, fácil de usar y portátil. Una de las promesas mas convincentes de la tecnología computacional es precisamente (como lo había anticipado hace ya una década atrás Robert K Logan en su pionero The Fifth Language: Learning a Living in the Computer Age) la multiplicación de nuevas forma de inscripción de ideas (hojas de cálculo, imágenes procesadas electronicamente, hipertexto), de patrones reactivos e interactivos (interfases de juegos, interacción refleja en tiempo real, surfeo contemplativo de una historia de misterio interactiva basada en imágenes) de almacenamiento y de transmisión (de los CD hasta las redes mundiales) y de acciones autónomas (simulaciones del cálculo).

Es esta inmensidad de nuevos recursos y de posibilidades de manipulación de los símbolos que ellos traen aparejados las que nos convencen de la irreversibilidad de la nueva alfabetización en ciernes.

No se trata de alabar la magia de la computación (como hacen algunos tecnomísticos o tecnognósticos) sino de revisar en la revolución anterior el peso específico (generalmente desatendido) de los factores materiales en la evolución de la conciencia y de la cognición. En esta lectura en paralelo se ponen de relieve el poder catalizador de las inscripciones y el formato multidimensional de la visualización.

Además no olvidemos que estas inscripciones fueron todas (desde el número 0 hasta los menúes desplegables "pull-down") inventadas en forma deliberada o casual, individual o colectivamente a partir de una presión social selectiva ininterrumpida donde cabe esperar mejores y mas profundos cambios a partir de los trabajos mas recientes en psicología de la invención, en teoría de la creatividad, en diseño autoorganizado a partir de los trabajos pioneros y cada vez mejor asentados de Donald Norman, Henry Petrowski, y Edward Tenner y tantos mas.

Biología de las inscripciones

El segundo pilar de la alfabetización es el cognitivo o mental. Qué hagamos con las inscripciones depende de nuestra dotación biológica, de nuestra base física y de nuestra capacidad computacional. Nadie (salvo algún descarriado evolutivo) puede ver y acordarse de 1.000 items después de haberlos vistos en un segundo o desarrollar inferencias a la velocidad de la luz como hace una computadora.

Hay una dimensión de nuestra habilidad para hablar y comprender el lenguaje oral que esta determinada fisiológicamente (se tardó siglos en entender que los chimpancés no pueden hablar... porque no tienen cuerdas vocales), y sin esta dotación la alfabetización letrada jamás hubiese visto la luz.

Si estamos tan convencidos de que la alfabetización digital dejará una impronta imperecedera en la evolución de la alfabetización, es porque la computadora liberará las capacidades innatas humanas en cuando a reconocimiento espacial y a interactividad conversacional que raramente vemos en la práctica en general y mucho menos aun en el aula.

Los sistemas de inscripción computacionales deben pues basarse en las habilidades mentales históricas y reconocer sus limitaciones. Lamentablemente es tan poco lo que sabemos acerca de la inteligencia humana, y son tan pobres los modelos teóricos de su funcionamiento, que las posibilidades de trasladar sus aciertos a la interacción hombre/máquina se ve fatalmente detenida por este desconocimiento (de allí el interés de las propuestas recientes de Merlin Donald acerca del pasaje de la inteligencia episódica primática a la abstracta humana mediada por la mímesis y el mito, de Michael Tomasello acerca de la percepción temprana de la conciencia ajena como rasgo de hominización. Por eso cada avance por mas minúsculo que sea en el campo de las teorías del inteligencia se verá amplificado y potenciado en su traducción en nuevos montajes materiales.

Entornos sociales y espacios de creación colaborativos

El tercer pilar de la alfabetización es el menos conocido (al menos hasta hace un par de décadas atrás) y no menos determinante. Se trata de los entornos sociales y de los espacios de creación colaborativos, así como (en un sentido levemente distinto a lo que dijimos mas arriba) de las presiones sociales complejas que nos estructuran como grupos. Pero lo mas interesante es el sutil entramado que hay entre capacidades intelectuales y marco social del desarrollo cognitivo y viceversa.

di Sessa con ese valor tan agregado suyo, que es permanentemente mejorar nuestra comprensión de la alfabetización matemática para poder pensar la alfabetización digital en general, da un ejemplo contundente de este eterno y grácil bucle dorado. Nadie duda de que Isaac Newton fue el creador del calculo infinitesimal. Newton fue en este sentido un precursor de Freud quien a través de su propio autoanálisis y en un proceso de desarrollo/descubrimiento recursivo, inventó el psicoanálisis, creando una metodología que después se convertiría en doctrina.

Porque así como Freud para descubrir/inventar el inconsciente necesitó acuñar todas las categorías que harían posible descubrir/inventar el inconsciente, Newton hizo otro tanto al inventar la infraestructura intelectual que haría posible entender la mecánica, la ciencia de la fuerza y del movimiento.

Se trataba obviamente del cálculo infinitesimal, uno de esos momentos fundacionales de la historia, cuando emergió una nueva inteligencia material a partir de una necesidad específica de la investigación científica. En esta perspectiva el cálculo fue una manera de escribir y hacer inferencias acerca de algunos aspectos de las cantidades cambiantes. Newton quería dar cuenta de las propiedades instantáneas del movimiento que escapan a la inteligencia material anterior. Las herramientas precedentes que podían dar cuenta de situaciones de velocidad constante y no uniformes eran inútiles, cuando lo que se querían abrazar eran situaciones de cambio no uniforme como es el revoloteo de los planetas alrededor del sol.

Hay tratados y bibliotecas enteras (y entre ellas un librito ejemplar como es el de I.B.Cohen "El nacimiento de una nueva fisica") mostrando como el trabajo combinado de Copernico, Galileo y su coronación en Newton cambiaron no solo a la física (pasando de una en reposo a otra en movimiento), no solo a la cosmología (de un mundo cerrado a un infinito abierto como gustaba teorizar Alexandre Koyre), no solo a la antropología (infligiéndole el primero de los tres golpes narcisistas, junto a los que después provocarían Darwin y Freud como nos enseñó Bruce Mazlish) mas brutales de los que se tenga memoria.

Máquinas newtonianas

Por todo lo que venimos diciendo la revolución newtoniana fue también la que llevó a la invención de una nueva inteligencia material cuya actualidad (mas alla de sus limitaciones cuando de lidiar con lo micro y lo macro se trata como corrigió Einstein, tampoco puede ser pasada por alto) se ve por doquier. Las máquinas newtonianas no solo abonaron el terreno de la tecnología y la ingeniería, la ciencia y la arquitectura, sino que también infectaron todas nuestras categorías intelectuales (incluyendo paradigmas y teorías de la historia) y a pesar de mucho manifiesto en contrario aun no hemos logrado vacunarnos contra ella. Pero esa es otra deriva.

Después de Newton la causalidad es local, y se volvió impensable -espiritista impenitentes a un lado- defender una acción a distancia. En eso estamos todos contestes. Lo que es bastante menos conocido (y por eso la historia de la ciencia necesita urgentemente una revisión a fondo como vienen haciendo Steven Shapin, Harry Collins, Steven Woolgar, Bruno Latour y John Law entre otros) es que la fantasía de una inteligencia material emergiendo (como Palas Atenea de la cabeza de Zeus) es una fantasía de autor único, que desconoce enteramente (por suerte en las descripciones de la evolución de la ciencia y la tecnología reciente esta multicausalidad es reconocida mas fácilmente, como es el caso de las distintas derivas que inventaron a Internet ver de Ilka Tuomi Networks of innovation) que imaginar que el calculo salió entero y listo de la cabeza de Newton es un invento simpático, pero peligroso y distorsionado.

No solo porque Newton se había basado en alguna situaciones y diseños del propio Galileo, sino sobretodo, porque la versión mas general e incluso la notación definitiva que todavía conservamos y alabamos no fueron realizadas por el propio Newton sino por el increíblemente genial (y mucho menos reconocido) G.W.Leibniz.

Aunque el propio di Sessa dice no poder probarlo, la razón de esta incorporación de la notación fundamentalmente pedagógica (algo así, pero mucho mas sofisticado al pasaje de los comandos en el DOS al drag and drop en Windows) fue la baja de costo cognitivo propia de esta nueva notación. Efectivamente en la notación de Leibniz la tasa de cambio de una cantidad x, dado un pequeño cambio en otra t, aparece exactamente como lo que es, como un cociente dx/dt (la notación newtoniana totalmente opaca es una x con un circulito encima imposible de escribir aqui).

Ademas Newton se había consagrado a los cambios en el tiempo (sus famosas fluxiones) por lo que tuvo que enunciar su teorema para el caso en el cual y es el tiempo, oscureciendo de este modo la generalidad de la ecuación.

No estamos tratando aquí de minar el rol estelar de Newton en la historia. Si en cambio queremos echar luz sobre el carácter acumulativo de las innovaciones e invenciones. Que tiene un correlato inmediato en el tema que nos ocupa cual es el de la alfabetización digital. No sirve de mucho que círculos aislados o privilegiados se regodeen en el uso de las herramientas computacionales (desde la primitiva hoja de calculo que inventó a la computadora personal en 1978, hasta las supercomputadoras actuales, de la grid computing al bookmarking social).

Porque lo que es un verdadero desafío es precisamente poner herramientas poderosas y sofisticadas en las manos de las masas, y no concentrarlas en los usos, aspiraciones y demandas de la elite -sin hablar aquí de la peligrosa y alentada connivencia que estamos viendo en las últimas décadas entre ingeniería, patentamiento, derechos de propiedad intelectual y negocios que no cierran brechas sino que contribuyen a ensancharlas -todo lo demás bienvenido.

Pero se trata de bastante mas que de una reivindicación de la acumulación, del peso de la historia y de las herencias intelectuales. El gran visionario fue Newton, pero el gran facilitador fue Leibniz. Sin la baja de costo cognitivo que supusieron sus notaciones, es probable que la mecánica y sus derivados hubiesen tardado muchisimo mas en construirse y potenciarse (se puede hacer una analogía con el desarrollo de la ciencia en China como investigo en detalle Josep Needham).

Aunque nuevamente deberíamos recurrir a algún experimento contrafáctico para probar el aserto, no queda duda de que el cálculo infinitesimal tardó dos siglos en convertirse en el koiné (la base común de entendimiento) de todos los científicos e ingenieros del mundo. Di Sessa conjetura y nosotros estamos mas que convencidos de que sin la mediación de Leibniz, la historia no solo del calculo en Occidente, sino de la misma ciencia moderna hubiese sido muy otra y no necesariamente para bien.

Dinámica hipercompleja de la innovación

La conclusión de esta excursión preliminar es mas que clara. La emergencia de una inteligencia material como la alfabetización, devenida una infraestructura del conocimiento, depende de fuerzas sociales de la innovación harto complejas, de la adopción y de la interdependencia de múltiples agentes (a veces incluso como bien dice Latour de la naturaleza convertida en un actor social) mas alla de si fue disparada por un individuo aislado o una comunidad no menos singular.

Abonando la teoría del efecto mariposa queda claro según este ejemplo que tiene muchos equivalentes en la historia, que diferencias minúsculas en aprendizaje (como la que supuso el pasaje del DOS al Windows) tiene implicancias abismales en la difusión, incorporación y reinvencion de nuevas prácticas y mundos.

El corolario no es menos significativo. Todavía hoy día la alfabetización matemática es una tremenda barrera y obstáculo para el desarrollo cultural y social de la humanidad. Mientras que unos pocos se solazan y entretienen en su domesticación, para el grueso de la población mundial las matemáticas son desde un engorro y un obstáculo, hasta directamente una fuente de dolor y de desaliento.

Si en cambio visualizaramos a la formación matemática como un eslabón indispensable en la infraestructura del desarrollo social y económico, y usaremos innumerables nuevas herramientas de visualización de naturaleza computacional (después de todo el episodio de Donald en la Fantasía de Walt Disney acerca del teorema de Pitagoras abrió un camino que muy pocos osaron reiterar) tal vez tal desideratum tendría mucha mas chances de alcanzarse en un tiempo mensurable y atendible.

Lo mismo debe decirse ceteris paribus de la alfabetización digital. Que en ocasiones facilitará la alfabetización matemática, pero que en muchos otros depende de ella.

Sin embargo lo que nos interesa destacar aquí (abriendo el abanico hacia algo que Di Sessa entrevé pero no desarrolla) es una infraestructura del conocimiento mucho mas amplia que incluye además de una enseñanza según estos lineamientos de las matemáticas, hacer lo propio con la biología, el diseño, la estética, la historia cuantitativa, lo que sea.

Cada una de estas disciplinas -recicladas por los paradigmas de la visualización, la interactividad, la masividad y las hiperrelaciones que hacen posible los tratamientos computarizados abonados por hipótesis plausibles e inteligentes- aportara un eslabón básico en la reedificación de las infraestructuras del conocimiento y su difusión.

Este concurso es indispensable si queremos auténticamente alguna vez instalar una alfabetización digital masiva, sistemática y asimilable. Pero por lo que vemos no se trata de un proceso lineal sino recursivo, no hay aquí ninguna bala mágica sino mil comienzos posibles. Y sobretodo requerimos de una levadura, cuya naturaleza aun no está demasiado clara, pero por lo que venimos de delinear tiene rudimentos que habrá que "sembrar" y "plantar" socialmente.

Publicado por Piscitelli el Febrero 16, 2006 10:14 PM
Gentileza de: http://www.ilhn.com/filosofitis/

 

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